Situación de los psittaciformes en México

Para aprender de nuestros loros

Este texto lo hemos revisado entre varias personas. Las aportaciones son de la MVZ Andrea Juárez, el Biól. Juan Carlos Orraca, y de los entusiastas de los loros Fer Solís y Anna Backström. Parte de esta información también proviene del MVZ Gustavo Ortiz y del Biól. Eduardo Ramírez también. Es un poco largo, pero el tema realmente es muy extenso y a veces complicado. Esperamos que sea de utilidad para entender lo que sucede con nuestros loros amenazados. Lo resumimos en 14 puntos:

  1. Tenemos una tradición, casi parte de la ideosincracia del mexicano, de tener en casa al loro en la jaula redonda y minúscula, con la lata de chiles reciclada al tope de semilla de girasol y los adolescentes de la casa enseñándole a decir groserías. Muchas casas tradicionales mexicanas son así. El loro en su jaula y el perro amarrado de un mecate. Tradición que necesitamos abolir a como dé lugar.
  2. Los loros eran fácilmente acequibles, los escuchabas en los árboles afuera de la casa, a veces el polluelo caía solo en el jardín (he oído de casos así). Los pajareros no tenían que irse muy lejos para conseguir un loro hablador.
  3. La deforestacion y pérdida del habitat es la principal causa de desaparición de las especies, Aunque el tráfico también es una amenaza constante para nuestros loros. Mayor población, mayor demanda de loros. Comienzan a declinar las poblaciones silvestres de Amazona oratrix, Ara macao, Ara militaris mexicanus, al grado de ser extirpadas de gran parte de su área de distribución histórica. Otras especies amenazadas son Amazona viridigenalis, Amazona finschi (endémicas) y Amazona ochrocephala. Por destrucción de hábitat declinan ambas especies de Rhinchopsitta (cotorras serranas). Al declinar las poblaciones suceden 3 cosas:
    1. Los pajareros empiezan a capturar otras especies y a decolorarlas para hacerlas pasar por Amazona oratrix, el loro hablador mexicano por excelencia.
    2. Expertos como la dra. Patricia Escalante o la Biól. María Elena Sánchez claman por la prohibición de la extracción y comercialización de esos ejemplares de especies nacionales. Nace el sitio pericosmexico.org en el 2007.
    3. Se crean pequeños reductos de las especies aislados entre sí, cerrando la variabilidad genética de las especies.
  4. El Partido Verde Ecologista retoma la propuesta en el 2008 y la modifica (de una forma poco informada), prohibiendo totalmente la tenencia, aprovechamiento, importación, exportación, extracción del medio y comercialización de 21 especies de loros (Amazona autumnalis estaba fuera en un inicio, luego ya se sumó a la prohibición). Echan por tierra todo el trabajo que ya se venía realizando en ciraderos legales.
  5. Se permite la importación de un gran número de especies exóticas, como kramer (Psittacula krameri), quaker (Myopsitta monachus), yacos (Psittacus erithacus), guacamaya azul y oro (Ara ararauna) y loro frentiazul (Amazona aestiva).
  6. Debido a la importación desmedida de aves, sin control y sin supervisión, entraron también otras enfermedades no reportadas en México como el circovirus, bornavirus, chlamidiosis o psitacosis (zoonótica, esto quiere decir que se contagia al humano), herpesvirus de los psitácidos, polyomavirus, entre otras.
  7. Los criaderos se quedan con un buen número de especímenes nacionales los cuales ya no pueden poner a criar para comercializar y son un peso económico para ellos el mantenerlas, y además no pueden ser liberados. A causa de esto comienzan a emparejar diferentes especies, porque en la ley quedaron en el limbo los híbridos y es posible comercializarlos. Tenemos entonces híbridos de guacamayas de género Ara y loros amazonas también en el mercado legal. Los padres dejan de hacer su función de conservación de las especies y los híbridos quedan fuera, ya no son ejemplares ni de una especie ni de otra.
  8. Inicia el problema de los quaker (Myopsitta monachus). se vuelve especie invasora a causa de liberaciones intencionadas y de escapes. También comienza a haber colonias ferales de loros nacionales en lugares que antes no habitaban. Actualmente hay parvadas de amazonas de todo tipo en la Ciudad de México, Guadalajara, León, Querétaro, entre otras ciudades.
  9. Tenemos un mercado ignorante y ávido de loros como en el punto 1 todavía. La única forma de conseguir un loro es:
    • Loro ilegal barato. El tráfico ilegal no para con la prohibición realmente, el saqueo continúa a pesar de todo. Se siguen saqueando entre 68 mil y 75 mil loros anualmente en el país. El 80% muere por las malas condiciones a los que los somenten los traficantes.
    • Loro exótico o híbrido caro en el mayor de los casos. Existen especies legales como las ninfas, agapornis y periquitos australianos, pero esas especies no son de «los que hablan».

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  10. La Profepa no cuenta con recursos necesarios para rehabilitar a los loros incautados. Tiene Centros para la conservación e investigación de la vida silvestre (CIVS), pero en los mismos la situación es muy mala. En cuartos de 3×3 pueden tener un sinnúmero ejemplares hacinados, no hay presupuesto más que para alimentar medianamente a los animales incautados así como esta. Los que atienden a los animales son usualmente chicos de servicio social o voluntarios. En los casos en que las aves pueden ser liberadas, si son liberadas, pero hay ejemplares que ya no pueden ser liberados por diversas razones, entre ellas el cambio de su comportamiento natural (que se le llama impronta o troquel) o por razones de salud. La mejor vida que podrán tener estos animales es que alguna Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), Predio o Instalación que Manejan Vida Silvestre (PIMVS) o zoológico pida ejemplares de esas especies.
  11. Aunado al problema del punto anterior tenemos que no hay casi recursos para los programas de conservación en México y los pocos que hay son difíciles de obtener a causa de la burocracia. La Conanp, que sería la institución gubernamental indicada para realizarlos, no tiene los suficientes recursos ni manos para poder llevar a cabo tan arduo trabajo, para poder monitorear y que sirva también para protección de la biodiversidad y aumentar el banco de información sobre la etología de las especies silvestres. Si te dedicas a eso, tienes que poner de tu bolsillo para hacer monitoreo en campo y además buscar recursos fuera de México, porque no alcanza nunca para abarcar lo que se desearía o sería óptimo.
  12. La ley de prohibición del 2008 nos ata de manos a todos los civiles que querramos hacer algo por la conservación. Al no poder comercializar las aves, no es negocio tener una UMA o PIMVS de psitácidos nacionales. No es sostenible económicamente, ya que la prohibición incluye hasta el aprovechamiento de partes… no se puede usar legalmente ni las plumas de muda que se les caen naturalmente cada año para hacer artesanías y sostener económicamente así la UMA. Algunas UMAs reciben recursos federales, pero no es fácil que te los den, como siempre hay amiguismo y corrupción en el otorgamiento de recursos de esos programas.
  13. Quedamos los ciudadanos concientes sólo en la posibilidad de ayudar a los que ya compraron un loro para que lo tengan en las mejores condiciones posibles. Ayudar a divulgar este problema y hacer conciencia del problema del tráfico y que eviten la compra ilegal de animales protegidos y que denuncien a Profepa en vez de «rescatar» al lorito de las manos del terrible pajarero. Nos queda la tarea de abolir esa tradición del punto 1. La vida de los loros será triste en un CIVS, pero al menos el traficante ya no regresará a la selva por más loritos.
  14. Por todo lo anterior, no es conveniente que el ciudadano de a pie entregue a Profepa el loro que ya compró o le «regalaron». El loro va a estar en mejores condiciones con un dueño consciente en no volver a comprar loros silvestres y dándole la mejor vida posible. Quizá en un futuro ese ejemplar pueda sumarse a un programa de conservación, más si está en excelentes condiciones de salud. Ojo que eso no implica que se deba comprar más loros para «rescatarlos». Es imprescindible entender que tenemos que parar el tráfico ilegal y la mejor forma de hacerlo es no dar nuestro dinero al traficante (que puede ser una persona humilde que va al monte por loros, pero eso es precisamente el primer eslabón del tráfico, cuando los extraen de la naturaleza), pues regresará por más loros siempre.

¡Salvemos a los loros! Evitemos comprar loros silvestres del tráfico ilegal, seamos responsables con nuestros loros y cuidemos el ambiente.